jueves, 15 de febrero de 2007

Arte Contemporáneo



El Roto, EL PAIS, 15 de Febrero de 2007

miércoles, 14 de febrero de 2007

Arte y Cultura

"En cambio, se impone decir la verdad sobre lo que queda de la llamada “cultura occidental”. No está agotada, ni mucho menos, pero ha cambiado de rumbo. Lo que ahora puede hacernos mejores, instruirnos, apagar el hervor de la sangre indignada, prepararnos a la meditación y el estudio, darnos paciencia para soportar la embestida de la estupidez oficial, en fin, mejorarnos por dentro y por fuera, son los lugares en donde todavía no han intervenido los funcionarios de la valoración artística, tanto políticos como mediáticos. Son tan difíciles de encontrar como lo eran, hace doscientos años, los Vermeer.

He aquí un ejemplo que acabo de recibir, un modelo de investigación artística, aplicable, naturalmente, a miles de lugares contemporáneos:

Hemos hecho un viaje por Eslovenia, este paisito de aquí al lado que, literalmente, me emociona. Fui feliz la mañana del sábado en el mercado de Maribor, con montones de puestecitos donde los hortelanos traían lo poco que tenían, unos nabos, unos tarros de miel, manzanas, zanahorias feas y verrugosas... Cada puesto era un bodegón de Sánchez Cotán, cada cara de vendedor un rostro de Rembrandt. Nos trajimos pimientos macedonios, polen, pipas de calabaza, deliciosas manzanas... En Lubliana comimos corzo con guindas y sopa de cebolla metida, como lo lees, en una hogacilla de pan. Había una dignidad extraña en muchas cosas y no acabaría nunca de mirar esas casas con sus tejados inmensos, desproporcionados a todo lo que no sea la lucha con los elementos (y por lo tanto bellos), con sus ventanucos puestos en sitios raros, sus aleros, sus zaguanes..."

Felix de Azúa, "Arte y Cultura", Septiembre de 2006. Extraído de su blog personal.

Fantasía

"¿Por qué entonces viajar en agosto? ¿Por qué no quedarse cerca de casa? ¿Por qué no descansar en serio, si es que de eso se trata? Quizás porque la imaginación se ha jibarizado de tal manera que ya es imposible inventar nada a partir de lo habitual, de lo cotidiano. Seguramente hay más por descubrir a veinte kilómetros de nuestras casas, entre gente con la que nos cruzamos todos los meses, que a cinco mil. Los niños antiguos inventaban batallas con botones de hueso. Los actuales necesitan una máquina de gráficos en 3D que proporcione las figuras que ellos ya no pueden construir con su fantasía".

Félix de Azúa, "La muerte de un viajante (I)", agosto de 2006. Publicado en su blog.

martes, 13 de febrero de 2007

Primera entrada

Primera entrada de Alejandría (Tercera Época)